Empezar a trabajar es una bendición pero si usted no se comporta como es debido, tal vez sea una maldición.¡El primer día de trabajo! Cuánta emoción, cuántos temores, cuántas ganas de quedarse durmiendo hasta las 11 de la mañana. Pero no. Ahí llega usted a la oficina, impecablemente vestido dispuesto a dar todo lo que tiene a cambio de solamente un poquitititito de lo que tiene la empresa: es decir, un sueldo de miércoles. Pero no importa, es lunes, usted traspasa la puerta de la oficina, penetra a ella y espera una bienvenida digna no digamos de Argentina en Ezeiza luego de haber salido campeón del mundo pero por lo menos de haber llegado a Cuartos de Final.
A los 10 minutos de continuar parado allí sin que nadie le haya dado bolilla y luego de haber tosido 324 veces para que se dieran cuenta de su presencia, usted querra simplemente que alguien se acerque y le diga “hola”. Eso sucederá a los 20 minutos y podríamos decir que será su bienvenida. Alguien se acercará y le preguntará con tono amable: “¿Vos sos el nuevo? Vení, pasá, no te quedes ahí como un salame, entrá que acá nadie te va a comer”. Entonces uno ahí da el paso fundamental donde ya no hay retorno: entra a la oficina. Y mientas entra, toda la fauna que será compañera de usted durante tantos días lo mirará fijamente mientras camina, lo radiografiará desde los cabellos hasta los talones, pasando por ciertas partes pudendas (si es mujer ya sabe donde la mirarán –arriba y adelante y también atrás y más abajo- y si es hombre también- ahí debajo de la cintura aunque las mujeres digan que lo primero que le miran a un hombre son los ojos)
¡Atención! Ese momento es crucial para usted. Antes de que le digan dónde se va a sentar, antes de que le muestren el lugar donde colocará su cuerpecito para desarrollar su importante tarea, en ese momento, cualquier cosa que diga puede marcarlo para siempre. De esas primeras frases usted puede quedar catalogado/a para siempre como loco, taradito, imbécil, trola, dominado, chupamedias, enfermito, jovata, garca, rompehuevos, histérica, inútil y otras similares de la que difícilmente pueda quitarse de encima. Pueden pasar 5 años en esa oficina, comportarse todos los días de manera impecable pero si usted falló en esas primeras frases siempre saldrá uno a decirle: “yo sabía, la primera vez que te vi, me di cuenta de que eras un flor de nabo”
Si usted es mujer, además de haber ido vestida linda y bien pintadita, debe evitar comentarios como: “estoy feliz de estar en esta oficina. La verdad es que me estaba cansando de hacer strip-shows como los de Nazarena durante los fines de semana”. Eso parará la atención (y algo más) de todos los hombres de su oficina y tal vez de la oficina que se encuentra en el edificio de enfrente. Y quedará para siempre el sello: “es puta”, por más que usted haya hecho esa clase de número para recaudar fondos en un Festival de Beneficencia para el Convento de su barrio.
Frases como “vengo a trabajar porque me separé porque desde que me separé mi ex no me pasa un peso” tiene varias lecturas. Por un lado muchos hombres le escaparán porque verán que usted no tiene un peso y si se meten con usted pensarán que usted querrá quedarse con algo de su billetera. (Cosa cierta ya que que llegado el caso, a usted le podría venir bien sacarle unos mangos a algun compañerito). Por su parte, las mujeres ya empezarán a pensar: “si no te pasan un mango debe ser porque sos flor de turra, le habrás metido los cuernos y de bronca, él no te da plata”. Con lo cual ya quedará catalogada entre “mina con quilombos” para los hombres y “conchuda” para las mujeres.
Si usted es joven y llega a afirmar cosas como “vengo a hacer carrera acá adentro porque me dijeron que es una empresa que da oportunidades”, luego de las carcajadas, inmediatamente pasará al sector de “ultra nabo” o peor: “serruchador de pisos”. A partir de ese momento, fíjese que el café se lo sirvan adelante suyo porque nunca sabrá si algún le ponen algún tóxico dentro para que vaya a hacer carrera al cielo, (o al baño más próximo).
Si es hombre no le susurre a sus compañeros masculinos frases como: “che, las mujeres de acá son difíciles o tan locas como las que tenía en la oficina anterior”. Acá se dividen las aguas: si las mujeres no son locas, los hombres lo odiarán porque les hizo recordar que esa oficina es un aburrimiento porque las mujeres son unas histéricas de miércoles. Si en verdad las mujeres ahí son locas, pensarán que llegó uno más con quién compartirlas, hecho que no soportarán. Pero si de casualidad alguna mujer lo escucha, puede ser su acta de defunción: su comentario correrá como reguero de pólvora (*) y será catalogado como un impertinente, maleducado e insolente, hecho que automáticamente cerrará las piernas de todas sus compañeras de trabajo por un plazo no menor a 5 años.
Una vez catalogado por sus compañeros, aparecerá el jefe, quién le dará una calurosa bienvenida con la frase: “ah, ¿sos el nuevo? Sentate ahí que ya voy a ver que te doy para que empieces”. En este punto recomendamos silencio absoluto, con excepción de monosílabos como “sí”, “gracias”, “perfecto”, “sí”, “sí y el siempre bien ponderado… “sí”. No diga cosas como “¿cuándo me van a decir donde me siento?” (que revelará un patoterismo que será bajado de un cachetazo ese mismo día). Tampoco es conveniente decir: “¿así que usted es el ogro que tanto me comentaron?”. Nadie le entenderá la broma. Y por dos causas: primero, no es una broma para decir el primer día de trabajo. Y segundo: su jefe ES un verdadero ogro.
Así que lo mejor es llegar, saludar con “buenos días”, no hablar casi nada, decir “muchas gracias” y ni aún así quedarán conforme con usted ya que todos dirán: “el nuevo es flor de tarado, ¡ni siquiera habla!”
(*) ¿Alguien vio alguna vez un reguero de pólvora? ¿Corren tan rápido?
A los 10 minutos de continuar parado allí sin que nadie le haya dado bolilla y luego de haber tosido 324 veces para que se dieran cuenta de su presencia, usted querra simplemente que alguien se acerque y le diga “hola”. Eso sucederá a los 20 minutos y podríamos decir que será su bienvenida. Alguien se acercará y le preguntará con tono amable: “¿Vos sos el nuevo? Vení, pasá, no te quedes ahí como un salame, entrá que acá nadie te va a comer”. Entonces uno ahí da el paso fundamental donde ya no hay retorno: entra a la oficina. Y mientas entra, toda la fauna que será compañera de usted durante tantos días lo mirará fijamente mientras camina, lo radiografiará desde los cabellos hasta los talones, pasando por ciertas partes pudendas (si es mujer ya sabe donde la mirarán –arriba y adelante y también atrás y más abajo- y si es hombre también- ahí debajo de la cintura aunque las mujeres digan que lo primero que le miran a un hombre son los ojos)
¡Atención! Ese momento es crucial para usted. Antes de que le digan dónde se va a sentar, antes de que le muestren el lugar donde colocará su cuerpecito para desarrollar su importante tarea, en ese momento, cualquier cosa que diga puede marcarlo para siempre. De esas primeras frases usted puede quedar catalogado/a para siempre como loco, taradito, imbécil, trola, dominado, chupamedias, enfermito, jovata, garca, rompehuevos, histérica, inútil y otras similares de la que difícilmente pueda quitarse de encima. Pueden pasar 5 años en esa oficina, comportarse todos los días de manera impecable pero si usted falló en esas primeras frases siempre saldrá uno a decirle: “yo sabía, la primera vez que te vi, me di cuenta de que eras un flor de nabo”
Si usted es mujer, además de haber ido vestida linda y bien pintadita, debe evitar comentarios como: “estoy feliz de estar en esta oficina. La verdad es que me estaba cansando de hacer strip-shows como los de Nazarena durante los fines de semana”. Eso parará la atención (y algo más) de todos los hombres de su oficina y tal vez de la oficina que se encuentra en el edificio de enfrente. Y quedará para siempre el sello: “es puta”, por más que usted haya hecho esa clase de número para recaudar fondos en un Festival de Beneficencia para el Convento de su barrio.
Frases como “vengo a trabajar porque me separé porque desde que me separé mi ex no me pasa un peso” tiene varias lecturas. Por un lado muchos hombres le escaparán porque verán que usted no tiene un peso y si se meten con usted pensarán que usted querrá quedarse con algo de su billetera. (Cosa cierta ya que que llegado el caso, a usted le podría venir bien sacarle unos mangos a algun compañerito). Por su parte, las mujeres ya empezarán a pensar: “si no te pasan un mango debe ser porque sos flor de turra, le habrás metido los cuernos y de bronca, él no te da plata”. Con lo cual ya quedará catalogada entre “mina con quilombos” para los hombres y “conchuda” para las mujeres.
Si usted es joven y llega a afirmar cosas como “vengo a hacer carrera acá adentro porque me dijeron que es una empresa que da oportunidades”, luego de las carcajadas, inmediatamente pasará al sector de “ultra nabo” o peor: “serruchador de pisos”. A partir de ese momento, fíjese que el café se lo sirvan adelante suyo porque nunca sabrá si algún le ponen algún tóxico dentro para que vaya a hacer carrera al cielo, (o al baño más próximo).
Si es hombre no le susurre a sus compañeros masculinos frases como: “che, las mujeres de acá son difíciles o tan locas como las que tenía en la oficina anterior”. Acá se dividen las aguas: si las mujeres no son locas, los hombres lo odiarán porque les hizo recordar que esa oficina es un aburrimiento porque las mujeres son unas histéricas de miércoles. Si en verdad las mujeres ahí son locas, pensarán que llegó uno más con quién compartirlas, hecho que no soportarán. Pero si de casualidad alguna mujer lo escucha, puede ser su acta de defunción: su comentario correrá como reguero de pólvora (*) y será catalogado como un impertinente, maleducado e insolente, hecho que automáticamente cerrará las piernas de todas sus compañeras de trabajo por un plazo no menor a 5 años.
Una vez catalogado por sus compañeros, aparecerá el jefe, quién le dará una calurosa bienvenida con la frase: “ah, ¿sos el nuevo? Sentate ahí que ya voy a ver que te doy para que empieces”. En este punto recomendamos silencio absoluto, con excepción de monosílabos como “sí”, “gracias”, “perfecto”, “sí”, “sí y el siempre bien ponderado… “sí”. No diga cosas como “¿cuándo me van a decir donde me siento?” (que revelará un patoterismo que será bajado de un cachetazo ese mismo día). Tampoco es conveniente decir: “¿así que usted es el ogro que tanto me comentaron?”. Nadie le entenderá la broma. Y por dos causas: primero, no es una broma para decir el primer día de trabajo. Y segundo: su jefe ES un verdadero ogro.
Así que lo mejor es llegar, saludar con “buenos días”, no hablar casi nada, decir “muchas gracias” y ni aún así quedarán conforme con usted ya que todos dirán: “el nuevo es flor de tarado, ¡ni siquiera habla!”
(*) ¿Alguien vio alguna vez un reguero de pólvora? ¿Corren tan rápido?
Lo que significa el éxito con la edad.
A los 3 años, significa no cagarse en los pantalones.
A los 12 años, significa tener amigos.
A los 18 años, significa tener la licencia de conducción.
A los 20 años, significa tener sexo.
A los 35 años, significa tener dinero.
y luego...
A los 50 años, significa tener dinero.
A los 60 años, significa tener sexo.
A los 70 años, significa tener la licencia de conducción.
A los 75 años, significa tener amigos.
A los 80 años, significa no cagarse en los pantalones.
The Star Wars Orgy
O Darth Vader mostrandole a C-3PO los beneficios del lado oscuro de la fuerza.
Disco Retro.O Darth Vader mostrandole a C-3PO los beneficios del lado oscuro de la fuerza.
Hoy le dedicamos este espacio a un grupo pop sueco juvenil de Estocolmo, Suecia, formado en 1998 y disuelto a fines de 2004. Su carrera despegó como un grupo de versiones de ABBA, pero luego pasaron a cantar temas inéditos. Con 5 discos lanzados entre 1999 y el 2004, siendo el último una compilación de sus éxitos. Presten mucha atencion a la rubia (que me encanta).
El Disco Retro de hoy es para los A*Teens.
boomp3.com
10 comentarios:
Papi.. que manera de menear????
Jajajaja
te fuiste de tema!
Muy buen post.. aunque mas retro pude ser poner al verdadero abba :P
Besos y saludos cordiales
Alin
Pdt: Te conteste en mi blog
hola dani!!!
como andas?
hoy solo paso a saludar con tanto trabajo no estoy con mucho tiempo
pero te dejo un beso con mucho cariño
Jajajaja, qué buena esa de no cagarse en los pantalones...
Saludos.
jajajajaa lo que significa el éxito con la edad lo tengo que tener muy en cuenta sobre todo hoy ya q es mi cumple!!!!!! :P
Me mató la orgia star wars, esa no tiene nada q ver con mi cumple jojojoo
besos Dan!!
PD: el reguero de pólvora va muy rápido en las pelis :P
Hola dani!
siiii!!! super importante a los 80 años acordarse de abrocharse lo pantalones si es posible puestos y llevarlos limpitos como dice siempre mama!
te saluda la señora de hur que teje! jiji
beshosssssssssssss
Hola Dani!!!!
Vaya no sé si esto del trabajo lo aprendiste más cuando fuiste primero o cuando te toco observar al nuevo jejeje :D
Entre los 30 y 50 hay de todo mmm... menos cagarse en los pantalones se vería feo jajaja...
Ah no... ver a Dart Vader en malos pasos jajajjajaa es genial!
sobre el disco retro mmm... te gusta la rubia? bien! tengo un punto a favor querido jejeje :D
Muchos besos y cariños en mi abrazo ronroneado.
jaja muy bueno lo del nuevo empleo, tipico conventillero se arma cuando alguien nuevo empieza a laburar...
Volviendo sideralmente a los amigos blogueros, como siempre genial el tuyo..
Desconectado Sideralmente!!
jajaja siempre me parecieron tontas las chicas de abba pero bueh los covers me gustaban... despues las canciones propias no!
no tengo exito =(
Y no es sólo el primer día...suele pasar que tu trabajo te considere de la peor forma, como si te estuvieran haciendo un favor al darte un sueldo. ¿Las primeras impresiones? Pues hay cada comentario subterráneo que ya estoy a prueba de balas...lo que sí no le tolero a nadie es que se cuestione mi capacidad de trabajo.
De lo que sí estoy seguro es que no haré carrera allí donde estoy ahora; un año, a lo sumo...y después adiós (de los regueros de pólvora...pues no he visto uno en directo, pero algún asidero ha de tener esa frase).
Cómo se van revirtiendo los ciclos de la vida, ¿no? Star Wars Orgy...y eso que después venía R2D2 quien terminaría haciendo "tilt" como las máquinas de Pinball. ¿Y del Disco Retro? A*Teens...Dancing Queen fue una buena versión, pero creo que hicieron otras mejores de Abba; además, aunque no pegaron con sus temas inéditos, recuerdo uno (Up Side Down) que tenía su qué (por cierto, me gusta más la morocha).
Saludos cordiales, Fiera.
Buen post , como todos los tuyos, siempre salgo con una sonrisa danzando en mis labios, gracias :)
Besos^^
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